Y vámonos hoy con otro libro que podemos encontrar en las secciones de medicina clínica o farmacia de bibliotecas madrileñas. Este en concreto podemos encontrarlo en la biblioteca Mario Vargas Llosa del distrito centro. Se titula Conócete, acéptate, supérate. Grafología y flores de Bach. Autoayuda con pseudomedicina. Vamos, una bomba. Vayamos por partes.
El autor del libro en cuestión es Jerónimo Pérez Hernández. Por lo que cuentan desde algunos blogs que apoyan la grafología el señor Hernández es «psicólogo, grafólogo y estudioso de las Flores de Bach». Y en el libro cuenta cómo trata a sus pacientes con flores de Bach. Aunque para evaluar o diagnosticarlos primero utiliza la grafología. Tanto la grafología como las flores de Bach son dos terapias alternativas sin base científica. Así que podríamos decir que el señor Jerónimo no tiene mucho aprecio por el rigor a la hora de tratar a sus pacientes.
Como decíamos, vamos por partes:
La grafología defiende que puede conocer la personalidad de una persona y determinar características de su carácter y equilibrio mental y fisiológico, sus emociones, incluso, en ocasiones, la salud o la enfermedad, etc. examinando su escritura. A pesar de sus pretendidas capacidades, como ocurre con otras pseudomedicinas o ciencias que hemos visto anteriormente, los estudios empíricos realizados sobre la misma no han demostrado las afirmaciones de los grafólogos.
Por otro lado las flores de Bach, como dice J.M.Mulet en su libro, «Medicina sin engaños», es un hijo bastardo de la homeopatía. Según su creador, Edward Bach, la enfermedad tiene su origen en un plano no físico, siendo el resultado de un conflicto entre alma y mente. Los pensamientos negativos nos enferman, y para modificar estos pensamientos se le ocurrió crear 38 recetas con flores para las que se inspiró en la homeopatía. Al igual que ocurre con otras terapias, los estudios realizados sobre las flores de Bach han concluido que no hay diferencia entre el remedio a base de flores y los placebos.
Por último hay que decir que, como en otros casos, con este tipo de terapias, sus defensores argumentan que, como es natural, cualquiera puede practicarla ya que es considerada inocua y sin efectos secundarios. Pero esto no es del todo cierto. Para empezar se ejerce una presión psicológica en las personas al culparlas de su enfermedad argumentando que ésta es producto de un conflicto en el alma. Además, como ocurre con otras terapias alternativas, pueden resultar peligrosas por muchos otros motivos, entre otros, el que la persona deje de acudir a un tratamiento realmente efectivo por tratarse mediante terapias que no ha demostrado de manera rigurosa ser efectivas.
https://www.theguardian.com/education/2005/feb/10/science.highereducation1
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/20229925
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/11218342
https://www.cochranelibrary.com/cdsr/doi/10.1002/14651858.CD005974.pub4/full/es#CD005974-abs-0002
file:///Users/sara/Downloads/Dialnet-LaMedicinaHomeopaticaPresentaUnaEficaciaSimilarAlE-3171444.pdf